Antonio Bercerro

Volver a la Unversidad de Chile

 

HIJO QUERIDO DE LA BELLEZA Pablo Serqueira, julio 1998.

Sí!, corrosión de la imagen Pop, recompuesta y conceptualizada por la ironía, reinstalando los distintos desplazamientos de¡ color dentro y fuera de los limites de¡ cuadrado pictórico. Lona que sostiene y concentra los residuos de nostálgicas maneras de¡ arte y la gráfica impresa, enfrentando una iconografía rosa y bien criada, recortada por la paciencia que seduce a la memoria que adora su ilusión. La construcción de la obra es el proceso de una idea que se recubre con pintura (materia poderosa) delineada en el límite de lo visible que se reproduce incesantemente, siempre en una proyección por contrastes, niveles de armonía que obligan la faz de¡ color, compuesto de valores que completan la ficción y política de lo inmaterial de los poderes representados.

El orden en el espacio concreta la escena que no se reconoce, si no que se desea como amorosa seducción de la imagen incompleta o alterada, borrón que moviliza los sentidos, aún dormidos por la prenda que se nos ofrece

 

LA PINTURA. Francisco Brugnoli, Enero de 1999.

Para hablar de Mario Z hay que hacerlo desde la pintura. Nuestra carencia de una Historia de la Pintura, a pesar de algunos intentos positivos pero que aún nos parecen precarios, afecta a los museos y a la misma producción de ella. Este circulo vicioso provoca la necesaria previsión de un imaginario en las reproducciones de arte y en general en la producción gráfica. El sustituto cuando carece de una historia universal de la pintura, se constituye por la vía de las reproducciones, material impreso muy homologable por la condición propia de la comunidad de soporte, con toda producción gráfica. Así la coherencia consistiría en instalar la pintura en la misma condición de un impreso.

La diferencia entre trabajar con la gráfica del cómic o la ilustración, respecto a la reproducción de la obra de arte, está en que los primeros se conciben en una unión clara de soporte-superficie: están hechos para ser impresos, sin embargo la pintura se mediatiza en cuanto a materialidades y procesos que no le son propios, alterándose fundamentalmente el original, estableciéndose también por esto la necesidad de saber de ese origen lejano, la pintura impresa alberga así un estado melancólico.

Todo esto también nos propone poner atención en las cualidades de los impresos, como la seducción que pone en escena, por ejemplo la ilustración, parte de esos mecanismos retóricas que van en procura de un espectador, siendo en éstos justamente donde la pintura aporta un plus.

Mario Z a través de todos los procesos de la pintura, en la conversión de la gráfica en pintura y también de la pintura en la gráfica, se empeña en este plus. Aquí es donde la puesta en escena de estos procesos, como raspados, chorreados, frotados, empastes, pinceladas, etc. Buscan, mediante su reconocimiento seducir, mediante un compromiso visual que busca ensimismar al espectador. Ensimismamiento que le permite algo así como asistir a la historia concreta de producción de cada obra, entre las cuales se incluye la poética de ¡a pérdida, que justamente apela a esa melancolía de las reproducciones y su inestabilidad temporal-matérica.

La política de obra de Mario Z sería así la de procurarse una historia de un imaginario local, iconográfico y procesualmente, tanto desde su precariedad como de¡ goce de una gráfica perdida donde, la seducción de¡ espectador se da en la asimilación de ciertos gestos o destrezas, que sustituyen a una pintura que careció de los soportes necesarios a su inscripción cultura¡.